Swallow: Una de las grandes sorpresas del 2019
Ficha Técnica
Título original: Swallow
Año: 2019
Duración: 94 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Carlo Mirabella-Davis
Guion: Carlo Mirabella-Davis
Música: Nathan Halpern
Fotografía: Katelin Arizmendi
Reparto: Haley Bennett, Austin Stowell, Denis O'Hare, Elizabeth Marvel, David Rasche, Lauren Vélez, Zabryna Guevara, Laith Nakli, Babak Tafti, Nicole Kang, Olivia Perez, Kristi Kirk, Alyssa Bresnahan, Laura Dias, Elise Santora, Myra Lucretia Taylor
Productora: Coproducción Estados Unidos-Francia; Charades / Logical Pictures / Stand Alone Productions / Syncopated Films. Distribuida por IFC Films
Por Fer Bismach y Andrea Castillo
En una época donde el terror parece renacer con películas cada vez más inteligentes, que se alejan de los clichés del género, Carlo Mirabella- Davis nos trae Swallow, una película que no es de horror, pero que en varias escenas logra asustarnos mucho más que la mayoría de las cintas del género. Una ópera prima perturbadora y que te guste o no, no te va a dejar indiferente.
Swallow nos pone en la piel de Hunter, una ama de casa que luego de descubrir que está embarazada, por alguna razón que desconoce se siente tentada a consumir objetos peligrosos para su salud. Mediante esta premisa bastante simple, pero original, se desarrollará la trama de esta cinta.
Haley Bennett (La chica del tren) es la encargada de interpretar a Hunter, y sin dudas nos brinda el mejor papel de su carrera. Su personaje es una incógnita constante ya que al igual que nosotros como espectadores, no sabe el motivo de sus acciones, y con el correr de la cinta los descubrirá mediante tratamiento psicológico. Esto hará que la protagonista comience a experimentar una especie de deconstrucción que tendrá consecuencias importantes en ella y en las personas que la rodean.
Sin dudas uno de los puntos que más atrae en Swallow, es su puesta en escena, cargada de planos detalles bellísimos y planos generales que cautivan con una paleta de colores en la que predominan los rojos para los escenarios y los pasteles en la vestimenta del cuerpo de la protagonista. Una clara muestra de la aparente paz que transmite Hunter y todo lo reprimido que hay en ella.
En busca de la felicidad
Esta cinta presenta a Hunter, una protagonista que pareciera estar incómoda todo el tiempo, que “debería ser feliz” ya que tiene una casa enorme y hermosa, como también un marido adinerado que la llena de todo lo material. Sin embargo, ella se siente vacía, se pasa todo el día sola en esa inmensa casa, esperando por la llegada de su esposo y este, al llegar no le presta atención. Sólo es un adorno, sólo es “la esposa perfecta” que se encarga de la casa, la que se presenta con buena cara ante los conocidos del marido y la que no cuestiona ni contradice lo que sus suegro y suegra dicen. Hunter no habla y transmite aburrimiento, pero detrás de eso se esconde lo que luego va a surgir de forma inesperada.
Cuando Hunter se entera que está embarazada, no se ve contenta, sino que con ese embarazo hace feliz a su esposo. Luego, se lo comunican a los padres del esposo, y ella es excluida de la conversación. Mientras ella es ignorada, el resto decide sobre su futura/o hija/o. En ese momento, la protagonista se traga un hielo sin masticarlo. Y es acá, cuando se empieza a ver algo de lo singular de Hunter. Al parecer haberse tragado ese hielo le dio satisfacción, pues siguió haciéndolo.
Posteriormente, la suegra le da a Hunter un libro de autoayuda llamado “Un talento para la felicidad”, en este libro la protagonista lee la siguiente frase: “Todos los días, trate de hacer algo inesperado. Anímate a probar cosas nuevas”. En cuanto a esto, hay bastante para desarrollar. Para empezar, se puede decir que estos libros son para todos, es decir, para todos por igual. Entonces, según este discurso todos podríamos solucionar nuestros problemas de la misma manera, sin darle importancia a lo singular de cada uno. Pero la ansiedad en un sujeto no se presenta de igual manera en otro, como los temores de alguien tienen que ver con su historia y su subjetividad, diferente a la vida de otro. Considerando este punto… ¿a quiénes ayudan los libros de autoayuda? Porque, tomando la frase que leyó Hunter, ¿cómo saber de antemano que la frase “anímate a probar cosas nuevas” ayudará o repercutirá positivamente en la vida de una persona o que, como en el caso de Hunter, se tome la frase literalmente?
Por otro lado, y tomando lo aportado por Edgar Cabanas, Dr. en Psicología, se puede mencionar que “la industria de la felicidad es poderosísima, lucrativa e influyente: incluye productos de autoayuda, belleza, libros de divulgación, conferencias, cursos, expertos que dan charlas a las empresas” (comunicación personal, 21 de diciembre de 2019).
Y, por otra parte, enlazado a lo que se mencionó anteriormente y que tiene que ver con lo que caracteriza a la época actual: la demanda de felicidad. La exigencia de ser feliz a pesar de todo. Hunter creyó encontrar en ese libro la fórmula de la felicidad, siguiendo determinados consejos y “tips” de gente feliz, ella debería abrazar la felicidad. Actualmente, la felicidad se encuentra relacionada con las imágenes. Por ejemplo, con lo que vemos en las redes sociales, es decir que se relaciona con el consumo. Consumimos imágenes que nos venden una vida perfecta, el alcance de la felicidad absoluta y eterna, objetos reemplazables que tapan el aburrimiento y la angustia, libros de autoayuda con las claves para ser una persona exitosa y con su consecuente sentimiento de culpa, ya que si no sos feliz es tu culpa y simplemente tenés que moverte para conseguirlo, sin lugar a dudas. Pero otra vez, este discurso arrollador (del sujeto) deja de lado lo singular, y al respecto; Hernán Alberto Bernal nos dice que “la felicidad es siempre una experiencia singular, particular a cada sujeto, y en la mayoría de los casos, desconocida para él, es decir, el sujeto ignora de qué goza” (p. 4, 2013).
La felicidad también se relaciona con la consecución de placer, pero ese placer puede alcanzarse por medios tan singulares como sujetos en el mundo, y siguiendo a Dessal (2012) puede decirse que el sujeto busca su satisfacción por vías tortuosas. Es decir que no necesariamente, los medios de alcanzar la satisfacción son placenteros.
En cuanto a la consecución de placer, Hunter la halló en este tragar con dolor. En la película se lo denomina “trastorno de PICA” sin embargo, y alejándonos de los diagnósticos que, en este caso particular, no aportan mucho, haremos hincapié en la subjetividad de Hunter. Es su forma singular de alcanzarla o de aproximarse a ella. Así, siguió tragando elementos cada vez más dañinos para su cuerpo y para el hijo “que espera” por ejemplo una pila, clips, una bolita, etc diciendo que tragando esos objetos “Me hizo sentir en control”.
Hunter se siente vacía y podríamos pensar que, tragando esos objetos, aunque sean dañinos, la ayudan a recuperar su cuerpo, a sentir algo. Esto tendría que ver con la pulsión, definido por Freud como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático (1915) y tomando los aportes de Fabián Ortiz, diremos que la pulsión “da cuenta de aquello que, anclado en el cuerpo, en lo orgánico, está ligado estrechamente a una representación psíquica. Es el de pulsión un concepto destinado a explicar las relaciones con el objeto y la búsqueda de satisfacción” (2013, p.2).
La pulsión impulsa a Hunter a una respuesta mediante una tramitación psíquica. La carga o presión se acumulan generando una tensión que busca una satisfacción. Así, es como procede Hunter, como podemos ver que va aumentando la tensión y su malestar cuando se entera de que está embarazada y que quizás, hagan con su hija/o un objeto adorno como su marido hace con ella y como sus suegros hacen con su marido. Lo que hace posteriormente (menciona que no sabe porque hace lo que hace) es comenzar a tragar esos elementos y a expulsarlos luego, para presentarlos en una bandeja como un presente.
Esta dimensión, que tiene que ver con la pulsión de muerte, la impulsa a hacer aquello de lo cual no puede abstenerse, es algo íntimo y que la avergüenza, la hace sentir “un bicho raro” pero a su vez, le hace retomar el control de sí misma, como lo dice en la sesión con su psicóloga. Entonces podemos decir que “se trata de un placer muy extraño; se trata de una satisfacción que está del lado del malestar, de la maldad, y no del lado del bienestar” (H. Bernal, 2013, p.3).
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Para finalizar, Hunter se dirige a la casa de su progenitor (William), y no va vacía sino llena de preguntas que ya no pude tapar, porque no le permiten avanzar. El recorte de la escena es el siguiente.
Hunter: - “¿Por qué lo hiciste?”
William: - “No puedo explicarlo. Me hizo sentir especial. Un secreto te hace fuerte, ¿sabes? Todos pensaban que era un sujeto normal, pero por dentro me sentía importante. Era jodídamente poderoso. Era dios”.
En este punto, podemos ver como tiene más que ver con la historia singular de la protagonista y no tanto con el delito cometido por William. La conversación culmina de esta manera:
Hunter: - “¿Soy como tú?”
William: - “No eres como yo. Tú no hiciste nada malo. No es tu culpa”.
Luego, vemos como la protagonista decide interrumpir su embarazo. Ya no le dicen qué debe hacer con su cuerpo, decide por sí misma, ya no es un objeto de los otros.