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Tabula Rasa: Un sólido thriller

psicológico europeo

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Ficha Técnica

Título original: Tabula Rasa (TV Series)
Año: 2017
Duración: 50 min.
País: Bélgica
Dirección: Veerle Baetens (Creator), Malin-Sarah Gozin (Creator), Kaat Beels, Jonas Govaerts
Guion: Veerle Baetens, Christophe Dirickx, Malin-Sarah Gozin
Música: Lachlan Anderson
Fotografía: Dries Delputte, Brecht Goyvaerts
Reparto: Veerle Baetens, Stijn Van Opstal, Jeroen Perceval, Hilde Van Mieghem, Gene Bervoets, Peter Van den Begin, Natali Broods, Cécile Enthoven, Ruth Beeckmans, Lynn Van Royen, Gregory Frateur, François Beukelaers, Bilall Fallah, Jan Debski, Marc Peeters, Tom Audenaert
Productora: Caviar Films. Distribuida por ZDF Enterprises

Por Fernando Peralta y Andrea Castillo

Luego de nuestro gran debut con “El Sabor de las Margaritas”, decidimos seguir con la moda de las series europeas y adentrarnos un poco más a lo que se refiere a los thrillers psicológicos. Es por eso que hoy es el turno de “Tabula Rasa”. 

Esta producción belga nos presenta a Annemie D´Haeze, una famosa bailarina que luego de un accidente automovilístico sufre amnesia por lo que es internada en un hospital psiquiátrico. Para complicar un poco más la situación, un día recibe la visita del detective Jacques Wolkers, que asegura que Mie es la última persona en haber visto a Thomas Spectre, un joven desaparecido, lo que la convierte en la principal sospechosa del caso. 

Bajo esta premisa se desarrolla Tabula Rasa, una serie que al principio parece no tener ningún sentido, pero que con el correr de los capítulos, irá atando los cabos para volverse un producto de lo más original. La historia de Mie está plagada de giros, la mayoría de ellos muy efectivos, a tal punto que varias revelaciones nos volarán la cabeza y nos dejarán pensando “¿Por qué no me lo dijeron antes? Debo haber parecido un idiota”. 

Veerle Baetens es la encargada de ponerse en la piel de la protagonista y para decir verdad la actuación es muy convincente. El personaje de Mie es el de una mujer perdida que parece no entender nada, incluso menos que el espectador. Esa sensación de que estamos en igualdad de condiciones y que mediante flashbacks no solo nosotros descubrimos la verdad, si no que ella también va hilando todo al mismo tiempo, resulta una experiencia muy interesante. 

La ambientación es realmente asombrosa y nos transmite de manera perfecta esa atmósfera enrarecida muy común en el cine de Hitchcok (lugar apartado de la ciudad en el que los personajes parecen estar totalmente desprotegidos). Además, hay que hacer una mención especial para las escenas en el plano de los sueños y la forma de representar la mente aparentemente “rota” de la protagonista, sin dudas lo más sobresaliente de la serie. 

Sin embargo, no todo es color de rosas en “Tabula Rasa”, el final por más ambicioso que sea, puede no dejar conforme a la totalidad de los espectadores. No es que sea malo ni mucho menos, incluso a mi parecer fue perfecto, pero también hay que entender que a muchos pueda resultarles muy tirado de los pelos y resuelto a las apuradas. Esto se debe en gran parte a que el resto de los actores de la serie no se encuentran a la altura de la actriz principal y por momentos no podamos entender las decisiones que van tomando. 

Memoria y olvido (Contiene spoilers)

Son numerosas las series y películas que tienen como tema central la pérdida de la memoria o mejor dicho una parte de ella, generalmente ocasionada por un fuerte “impacto” vivido. En el cine es un recurso muy utilizado, entonces cabe preguntarnos ¿por qué nos interesa este tema? O ¿por qué es constantemente representado? A pesar de esto, siempre es algo novedoso porque es tan singular como cada sujeto que “pierde” su memoria. La psicoanalista Colette Soler, respecto de la memoria y el olvido expresa que:

 

En la medida en que hay memoria hay memorización. Cuando el encuentro real se inscribe, se inscribe en imágenes, en significantes, en significaciones; es decir, se inscribe en signos en los cuales el sujeto se reconoce. La memoria es eso; disponer de un conjunto de lo que llamamos significantes, que pueden ser imágenes, palabras, sensaciones; incluso disponer de un conjunto de signos, en los cuales el sujeto se puede reubicar cuando convoca su memoria. Por el contrario, el olvido imposible del traumatizado es el retomo de algo en el cual el sujeto no se ubica, no se reconoce. Por eso, el retomo del trauma es en sí mismo traumatizante. Y se sabe que los grandes traumatizados se retraumatizan, cada noche. (1998, p.4).


Adentrándonos en la serie, nos enteramos que la protagonista no puede recordar los hechos sucedidos luego de un accidente. Podríamos pensar que es a causa del golpe en la cabeza, pero a medida que avanza la trama, conocemos que ese olvido no es de algo al azar. Es olvido de lo que no puede decir, faltan las palabras para nombrar lo insoportable.

Anmie, ha vivenciado un hecho traumático, esto supone una contingencia y es algo que le concierne al sujeto; y el olvido del mismo tiene que ver con lo insoportable de este. Frente a lo traumático, la protagonista queda “desamparada”, sin recursos. Recordar lo sucedido le generaría una cantidad de angustia muy difícil de soportar. Entonces, como señaló Freud en 1926, el trauma vendría a señalar un borde, un límite de lo que el aparato anímico puede tolerar y tramitar. Cuando la angustia es excesiva el psiquismo no puede representarlo, no puede darle un significado. Si Mie recuerda el hecho, y si recuerda quién es Thomas Spectre, recordaría que su hija falleció en ese accidente. 

Es preciso tener en cuenta que esto traumático se repite, porque se juega algo propio del sujeto ahí, hay una implicación subjetiva. El trauma, dice Colette Soler (1998) tiene una estructura de forclusión, es decir de exclusión ya que hay un real que no tiene su correspondiente en la memoria, en lo simbólico. “El trauma es lo real forcluído, de lo real en exceso” (p.4).

Lacan sostiene que interpretamos el mundo a partir de nuestra historia, a partir de nuestra interpretación de los hechos, es lo subjetivo. Habitamos el mundo dentro de una escena, así como sostiene Luis Cesar Sanfelippo: 

 

Lo que llamamos realidad está armado a la manera de un guion: como en el teatro, las cadenas significantes producen sentidos y personajes, constituyen el campo de relaciones y operaciones posibles en dicho marco, inscriben las leyes que regulan los elementos presentes en ella. La escena es, al mismo tiempo, una ficción y nuestro mundo. (2010, p.440).

 

Este guion es el inconsciente y lo traumatizante violenta al sujeto. Este trauma constituye una discontinuidad en la historia porque no es previsible, es lo real forcluído.

Desde el psicoanálisis lacaniano, los analistas expresan que tratar como víctimas a los sujetos “traumatizados” les impide responsabilizarse de su implicación con el trauma y esto es lo que los lleva a la repetición.

Lacan habla de una ajenidad interior, algo íntimo que se presenta como extraño, como vemos en los sueños de Anmie; desconoce los hechos, pero en sus sueños ve su cuerpo roto, en su cabeza hay un vacío, una falta. Algo de lo que la protagonista no se responsabiliza porque no se reconoce implicada, no toma parte.

Por otro lado, podemos interpretar que el hecho de que la familia de Anmie oculte los hechos, podría ser una forma de no afrontar su angustia, la forma de no poner en palabras la pérdida de esa hija, esa nieta, esa sobrina.

 

Colette habla de un segundo tiempo del trauma, donde el primero es el golpe de lo real forcluído, y tiene que ver con las secuelas de este, las consecuencias en su subjetividad, es decir, como lo toma, cómo se las arregla. En la serie, podemos ver cómo Amnie comienza a acercarse a eso que le concierne pero que le es extraño, investiga y quiere “saber la verdad”. Cuando confronta con ella, es de forma violenta y le genera angustia.

La temática de la serie, como se dijo al principio, es bastante recurrente en los thrillers psicológicos, ¿quizás porque todos somos sujetos “traumatizados”? es un buen punto para debatir. Lo más interesante es que sería un recurso inagotable ya que nunca será igual, dependerá de la singularidad de los sujetos, de cada personaje y de su historia.

En conclusión, Tabula Rasa resulta totalmente satisfactoria y se posiciona como una de las mejores series de thriller psicológicos disponibles en Netflix. No es perfecta, pero además de entretener plantea el temas muy interesantes y genialmente logrados. Por más productos así y menos series estadounidenses plagadas de clichés. 
 

©2020 por Psicología & Cine. Creada por Fer Bismach y Andrea Castillo

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